"Esto es tremendo. Resulta que en 2008, Universal se mandó un moco y se les prendió fuego un depósito con 500.000 CINTAS Y MASTERS IREEMPLAZABLES. Cuestión... se destapó la olla y el presidente de Universal ya decidió salir a blanquear junto con sus ejecutivos que fue exactamente lo que se perdió." Poco después Martin Sassone desde su blog Malbec Blues titulaba: "La mayor catastrofe musical de la historia".
La síntesis de la noticia indica que una investigación periodística de The New York Times titulada "The Day the Music Burned" reveló que que el 1º de junio de 2008 en los estudios de Universal Records, en Los Ángeles, un incendio hizo desaparecer más de medio millón de másters originales de canciones de todos los géneros. Algo que originalmente se había informado como una pérdida menor, ahora se revela como algo de dimensiones incalculables. En aquel momento no se develó la magnitud del desastre, la compañía intentó ocultar la gravedad del asunto y evitar la “vergüenza pública” que eso suponía para la empresa.
Con esta catástrofe se han perdido másters originales de artistas como Billie Holiday, Louis Armstrong, Duke Ellington, Ella Fitzgerald. Se perdieron prácticamente todas las grabaciones de Chess Records de artistas como Chuck Berry, Muddy Waters, Little Walter y Bo Diddley. También de otros como Ray Charles, B.B. King, Four Tops, Joan Baez, Joni Mitchell, Al Green, Eric Clapton, The Eagles, Aerosmith, Tom Petty & the Heartbreakers, The Police, Nirvana, Beck, Sheryl Crow, Aretha Franklin, John Coltrane y la lista sigue.
No solo se perdieron cintas magnéticas, sino también másters guardados en cintas digitales o discos duros, grabaciones multipistas, crudos con material descartado que se almacenaban en esos depósitos. Es imposible precisar qué había en cada cinta o disco duro, ni tampoco que clase de máster era. No había un inventario tan exhaustivo. Incluso información en las latas o en las cajas también se perdió.
Es problable que una pregunta venga a tu mente:
"Pero acaso todo esto no estaba digitalizado, no esta en spotify, no hay cds, cuál es la vital importancia de la perdida de estos másters?". Seguro estos pasajes que rescaté de la investigación de The New York Times te van a aclarar las cosas
"Es la fidelidad sonora por sobretodo, lo que define la importancia de los másters. Un máster es la verdadera captura, el momento justo de la música grabada. Cada copia que se hace, se aleja sonoramente un paso mas del original. El remedio? Volver al máster. Esta es una razón por la cual las reediciones de los discos clásicos se promocionan como "remasterizados de las cintas originales". Para que se entienda, el máster de una grabación es ESA grabación, es lo mas cercano a una máquina del tiempo que puede existir, el lugar y el momento justos. El máster contiene los detalles de la grabación en la forma mas pura: el grano en la voz del cantante, los timbres de los instrumentos, el ambiente en el estudio. Contiene la esencia que solo puede ser captada cuando te encontrás cara a cara con esa pieza de arte, sin intermediarios. ¿Es lo mismo ver el original de un cuadro que una reproducción, o una foto de ese cuadro? Con la grabación del sonido pasa lo mismo. El máster es la forma mas pura de apreciar el sonido que existe. Con recursos tecnológicos, el máster puede ser, potencialmente, "mejorado". La música de John Coltrane o de Chuck Berry no ha desaparecido. De hecho ahora mismo podes escuchar esos temas cuyos masters se perdieron en cualquier plataforma de streaming. Pero aún así, ese material representa una pérdida irreversible. Cuando las cintas desaparecieron, también lo hizo la posibilidad de que en el futuro cualquier tipo de revelación sonora pudieran venir con el acceso a las grabaciones originales. Y lo mismo con cualquier grabación extra o tomas no utilizadas que pudieron haber existido. Música que pudo haber sido nunca escuchada por nadie, después de haber sido grabada. Música que nunca volveremos a escuchar.
Fuentes:
The New Yor Times
Malbec Blues Blog
Fotos: The New Yor Times
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