Como
me pasa cada tanto, a través de Twitter suelo descubrir joyas musicales. Esta vez, fue Roger Rivas, tecladista de The Aggrolites, quien
posteó un tema de Tommy McCook & The Supersonics, llamado Dynamite.
Justamente, esa dinamita me voló la peluca. De inmediato, recordaba que en su
libro Catarsis Rocksteady, el escritor español Lutxo Pérez, dedicaba algunos
párrafos a McCook, así que, siguiendo la esencia de este blog, comparto ambos.
"La
culpa fue de McCook"
"Tenía
apellido pirata, así que tal vez estaba destinado a convertirse en uno de
ellos. Tommy McCook (1927 – 1998) había vivido hasta los 6 años en su Habana
natal y fue uno de los alumnos más célebres de la Alpha School de Kingston. Pero
fue en un viaje a Miami, en 1954, el que alteró definitivamente su rico ADN
sonoro. Allí escuchó por primera vez las notas del saxo de John Coltrane. Y que
les voy a contar (…) Su arte también alumbró al joven McCook, cuyo amor por el
jazz ha propiciado pasajes realmente memorables de la cosa jamaicana (desde los
Skatalites hasta la esencial “Jamaica Bolero”).
"Tras
liderar la banda de ska mas grande de todos los tiempos, el saxofonista fue
pretendido por Coxsone y Duke. El cansancio de la vida en Studio One y las
diferencias con sus viejos compañeros de andanzas le sumaron al clan de los
piratas en 1965, justo un año después de que el Duque hubiera mandado
construir su estudio (…) en la azotea de su tienda de licores. Allí fue
encargado de liderar y conjuntar la banda residente, The Supersonics. Un nombre
que, desde luego, les venía al pelo. Además de reforzar el carácter espacial de
la aventura Rocksteady, lo de “supersónico” también daba cuenta de los
reputados músicos que pasaron por sus filas."
"Entre
ellos, conozcan los nombres de Vic Gordon, trombón; Herman Marquis, saxo alto,
Lennox Brown, saxo; Baba Brooks, trompeta, Jackie Gordon, bajo; y Hugo Malcolm,
batería. Además de ellos, sumen el trabajo del guitarrista, arreglista y
prohombre Lynn Taitt, un fijo en las sesiones del Duque."
"(…)
Emocionante como un rayo de sol que se mece en los pliegues del océano, el
rocksteady de Tommy sabía a jazz y hablaba latino. Llevaba un parche en el ojo
y un loro agarrado al hombro. McCook tenía apellido de pirata y se pasó media
vida enterrando piedras preciosas en la arena. Su saxo tenor nos dejó antes del
nuevo milenio por culpa de una neumonía, pero el brillo de sus gemas no dejará
de lucir nunca."
Catarsis
Rocksteady. La edad dorada de la música jamaiquina, una crónica sentimental /
Pérez, Lutxo / 2014 / ISBN: 978-84-616-4364-6 / Editorial: 33Series Ediciones
Este video pertenece a uno de los capítulos de la serie de documentales que hizo la BBC en los 80, llamada "Deep Roots Music". Son 7 en total y abarcan la historia de la música jamaiquina.