viernes, 21 de junio de 2019

La música que nunca volveremos a escuchar

Esta semana me topé con un tweet del periodista Federico Martínez Penna que decía:  
"Esto es tremendo. Resulta que en 2008, Universal se mandó un moco y se les prendió fuego un depósito con 500.000 CINTAS Y MASTERS IREEMPLAZABLES. Cuestión... se destapó la olla y el presidente de Universal ya decidió salir a blanquear junto con sus ejecutivos que fue exactamente lo que se perdió." Poco después Martin Sassone desde su blog Malbec Blues titulaba: "La mayor catastrofe musical de la historia". 

La síntesis de la noticia indica que una investigación periodística de The New York Times titulada "The Day the Music Burned" reveló que que el 1º de junio de 2008 en los estudios de Universal Records, en Los Ángeles, un incendio hizo desaparecer más de medio millón de másters originales de canciones de todos los géneros. Algo que originalmente se había informado como una pérdida menor, ahora se revela como algo de dimensiones incalculables. En aquel momento no se develó la magnitud del desastre, la compañía intentó ocultar la gravedad del asunto y evitar la “vergüenza pública” que eso suponía para la empresa. 

Con esta catástrofe  se han perdido másters originales de artistas como Billie Holiday, Louis Armstrong, Duke Ellington, Ella Fitzgerald. Se perdieron prácticamente todas las grabaciones de Chess Records de artistas como Chuck Berry, Muddy Waters, Little Walter y Bo Diddley. También de otros como Ray Charles, B.B. King, Four Tops, Joan Baez, Joni Mitchell, Al Green, Eric Clapton, The Eagles, Aerosmith, Tom Petty & the Heartbreakers, The Police, Nirvana, Beck, Sheryl Crow, Aretha Franklin, John Coltrane y la lista sigue. 

No solo se perdieron cintas magnéticas, sino también m
ásters guardados en cintas digitales o discos duros, grabaciones multipistas, crudos con material descartado que se almacenaban en esos depósitos. Es imposible precisar qué había en cada cinta o disco duro, ni tampoco que clase de máster era. No había un inventario tan exhaustivo. Incluso información en las latas o en las cajas también se perdió. 

Es problable que una pregunta venga a tu mente:
"Pero acaso todo esto no estaba digitalizado, no esta en spotify, no hay cds, cuál es la vital importancia de la perdida de estos m
ásters?". Seguro estos pasajes que rescaté de la investigación de The New York Times te van a aclarar las cosas 

"Es la fidelidad sonora por sobretodo, lo que define la importancia de los másters. Un máster es la verdadera captura, el momento justo de la música grabada. Cada copia que se hace, se aleja sonoramente un paso mas del original. El remedio? Volver al máster. Esta es una razón por la cual las reediciones de los discos clásicos se promocionan como "remasterizados de las cintas originales". Para que se entienda, el máster de una grabación es ESA grabación, es lo mas cercano a una máquina del tiempo que puede existir, el lugar y el momento justos. El máster contiene los detalles de la grabación en la forma mas pura: el grano en la voz del cantante, los timbres de los instrumentos, el ambiente en el estudio. Contiene la esencia que solo puede ser captada cuando te encontrás cara a cara con esa pieza de arte, sin intermediarios. ¿Es lo mismo ver el original de un cuadro que una reproducción, o una foto de ese cuadro? Con la grabación del sonido pasa lo mismo. El máster es la forma mas pura de apreciar el sonido que existe. Con recursos tecnológicos, el máster puede ser, potencialmente, "mejorado". La música de John Coltrane o de Chuck Berry no ha desaparecido. De hecho ahora mismo podes escuchar esos temas cuyos masters se perdieron en cualquier plataforma de streaming. Pero aún así, ese material representa una pérdida irreversible. Cuando las cintas desaparecieron, también lo hizo la posibilidad de que en el futuro cualquier tipo de revelación sonora pudieran venir con el acceso a las grabaciones originales. Y lo mismo con cualquier grabación extra o tomas no utilizadas que pudieron haber existido. Música que pudo haber sido nunca escuchada por nadie, después de haber sido grabada. Música que nunca volveremos a escuchar.



Fuentes:
The New Yor Times
Malbec Blues Blog

Fotos: The New Yor Times





martes, 11 de junio de 2019

Dr John - Locked Down - 2012

Ante la triste noticia de la muerte de Dr. John ocurrida el 6 de junio, me puse a repasar los momentos mas fuertes que me unen a su figura. Y recuerdo muy bien la primera vez que lo escuché y lo vi. Mi amigo El Gaita había comprado el VHS con el Tributo a Stevie Ray Vaughan y recuerdo que entre tantos guitarristas, B.B. King, Jimmie Vaughan, Eric Clapton, Robert Cray, Buddy Guy, el que me sorprendió e impactó de manera mas fuerte fue Dr. John. Un hombre que lucía bastante desmejorado de salud, incluso con un bastón y muchas plumas y parafernalia vudú (años mas tarde entendería de qué se trataba todo eso) pero que hizo una versión de Cold Shot tan personal, tanto desde lo vocal como desde lo pianístico, que me hizo replantear todo aquello que yo conocía sobre el blues y darme cuenta que había un mundo mucho mas grande en este género, que aquel que yo conocía. 

Diego Manrique le dedica a Mac Reneback, aka Dr John una columna en el Diario El País de España, que sirve mucho para que aquellos que no lo conocieron, sepan de qué clase de artista estamos hablando. Comparto algunos pasajes:


"... Una condena por narcóticos, le obligó a Los Ángeles, donde prosperaba una pequeña colonia de instrumentistas procedentes de Nueva Orleans. Allí, aprovechando los tiempos muertos en sesiones de grabación para Sonny & Cher y otros, fue forjando el personaje de Dr. John Creaux, alias The Night Tripper. Supuesto descendiente de un brujo del siglo XIX, era un creyente que reinventaba el folclore del vudú de Luisiana, los carnavales de Nueva Orleans, los lamentos de la temible prisión estatal de Angola, con cantos corales y ritmos globalistas. Los primeros discos de Dr. John, calificados como “psicodélicos” a falta de mejor etiqueta, solo causaron gran impacto entre la aristocracia pop de Londres. En 1972 desde el sello Atlantic, le hicieron perder definitivamente el pudor a cantar y le empujaron a recuperar la opacada tradición del rhythm and blues de Nueva Orleans, rica en éxitos pero escasamente valorada, lo que logró con el enciclopédico disco Gumbo. En 1973, llegó al gran público con In the right place, producido por Allen Toussaint con el músculo instrumental de The Meters: allí estaba la citada Right place, wrong time o la muy golfa Such a night. Atención: ninguno de estos discos se grabó en Nueva Orleans. O Dr. John tenía allí cuentas legales pendientes o bien no se fiaba de sí mismo: seguía consumiendo heroína. Fuera del sello Atlantic, su carrera fue dando tumbos. Participó en Triunvirate, un supergrupo imposible con Mike Bloomfield y John Hammond Jr. Durante unos años, parecía una presencia bonachona, requerida por las superestrellas para que aportara los fuertes sabores de su ciudad natal..."


Volviendo a mi propia experiencia, otros momentos que me unen a Dr John. fue cuando Disney le dedicó una película a su ciudad con "La Princesa y el Sapo" y Mac interpretó el tema principal, "Down in New Orleans"; o sus tributos a Duke Ellington y Louis Armostrong; su participación en la serie Treme o en el documental "Piano Blues" de Clint Eastwood, donde confeso que con tantos pianistas en New Orleans, le pareció que lo mas inteligente era hacerse guitarrista; o su épica interpretación de "I'd Rather go blind" con Etta James .

Pero de todos esos momentos, quiero destacar lo mucho que me llegó el album "Locked Down" de 2012. Y comparto algunos párrafos acerca de ese disco 
de una de las revistas de arte y cultura mas respetadas, Jot Down Magazine de España, titulada "
Locked Down: los gloriosos 70 años de Dr. John" por 


"...Estamos acostumbrados a que la producción discográfica de los músicos más veteranos vaya perdiendo interés a medida que se agranda la importancia de su figura. ... Pero Dr. John no ha bajado la guardia y "Locked Down", su último y reciente disco, es una prueba más que contundente de ello. En pleno 2012, y peinando canas desde hace mucho, mucho tiempo, le ha dado una lección a muchísimos artistas jóvenes: la música, como el amor, no tiene edad, siempre que se ponga verdaderamente el corazón en ello. El disco ha sido producido por Dan Auerbach, guitarrista de los Black Keys, quien ha dejado su sello inconfundible en muchos momentos de Locked Down pero (y aquí está lo meritorio) sin intentar imponerse por sobre el mito viviente con quien estaba grabando. De hecho, Auerbach ha sido lo bastante hábil como para saber darle un delicioso toque “vintage” —que no anticuado— al sonido del disco, y sus aportaciones “a lo Black Keys” por fortuna han enriquecido, más que entorpecido, el resultado final. Y lo digo yo, que no soy necesariamente un fan incodicional de Black Keys. No es que Dr. John necesitase un rescate creativo (ahí estaba su disco de hace un par de años, Tribal) pero no se ha negado a considerar una opinión ajena y no ha tenido miedo de que un músico mucho más joven tomase el timón en la producción del disco. La jugada ha resultado satisfactoria.


Locked Down es un gran disco publicado por un músico que se niega a ser relegado al baúl de los juguetes rotos, que no ha querido renunciar a su personalidad característica pero que tampoco ha querido estancarse en la apuesta segura hacia sí mismo. Su música sigue siendo de raíces —nada de experimentos “tecno” ni esas zarandajas a las que torpemente recurren muchos músicos veteranos cuando pretenden renovarse— pero esa música de raíces a veces suena curiosamente limítrofe y extraña, lo cual le da un aire muy interesante. Dr. John ha jugado en los límites de su territorio, el rhythm & blues tradicional, sacando punta a algunos flecos aquí y allá. Mientras ha ofrecido su solidez de costumbre también ha querido que el oyente se vea obligado a prestar atención, que se encuentre un poco incómodo —en el buen sentido— y no se duerma en la sensación de “ah, es otro disco de Dr. John y suena a lo de siempre”.  Sí, es el Dr. John de siempre, pero suena a lo que sonaría Dr. John en pleno 2012. 

Escuchar Locked Down
Fuentes:
Diario El País
Jot Down Magazine



Dr John y Dan Auerbach con su Grammy a Mejor Album de Blues

Músicos:

Dr. John - keyboards, lead vocals
Dan Auerbach - guitar, percussion, background vocals
Max Weissenfeldt - drums, percussion, background vocals
Leon Michels - keyboards, percussion, woodwinds, background vocals
Nick Movshon - upright bass, percussion, background vocals
Richard Windmann - electric bass
Brian Olive - guitar, percussion, woodwinds, background vocals
The McCrary Sisters (Regina, Ann & Alfreda) - background vocals

Todos los temas compuestos por Mac Rebennack, Dan Auerbach, Maximilian Weissenfeldt, Leon Michels, Nick Movshon, Richard Windmann y Brian Olive.

"Locked Down"
"Revolution"
"Big Shot"
"Ice Age"
"Getaway"
"Kingdom of Izzness"
"You Lie"
"Eleggua"
"My Children, My Angels"
"God's Sure Good"

Para despedir a Dr John, rescato las palabras de gran Trompetista Terence Blanchard, publicadas en la revista Time
Era una típica ilustración de lo que significa ser de : una combinación de Cajun, blues y jazz y lo podías escuchar en la forma en que tocaba el piano y en la forma blusera en que cantaba. Dr John creó música que llegó al corazón de mucha gente alrededor del mundo 🙋‍♂️pero nunca permitió que eso cambiara quién era. Durante su vida, siempre llevó la cultura y el espíritu de la ciudad dondequiera que fuera. junto con , crearon un sonido que es único y esta asociado directamente con la historia de . Cuando pienses en la ciudad, esos serán los nombres que vendrán a tu cabeza.

lunes, 3 de junio de 2019

Buscando a Scrapper Blackwell, el bluesman mas popular que jamás escuchaste

Hace un tiempo en twitter, la usuaria SoulSolete publicó algo sobre un personaje cuyo nombre me sonaba, pero no conocía demasiado: Scrapper Blackwell. Claro! Fue el autor de un par de canciones que versionó Clapton. En Guitar World encontré esto sobre Scrapper, uno de esos personajes influyentes pero desconocidos y comparto algunos pasajes del texto escrito por Shane Speal *.

Eric Clapton hizo un cover de su canción “Nobody Knows You When You’re Down and Out” casi nota por nota. Rory Gallagher lo mencionó como una de sus mas grandes influencias. Por Dios, incluso Robert Johnson convirtió su "Kokomo Blues” en una oda a Chicago. Pero quien recuerda a Scrapper Blackwell, el nativo de Indianapolis que estuvo en la cima del mundo entre 1928 a 1935?


Su nombre era mencionado como uno de los grandes del blues que se inició con una cigar box guitar. En su entrevista final un año antes de su asesinato, Blackwell describe su primer guitarra. "Nunca nadie me enseñó nada en mi vida y la primer guitarra que tuve la hice yo mismo. Con el cuello de una mandolina y una caja de cigarros. Le puse seis cuerdas y empecé a tocar"
Entre 1928 y 1935, Scrapper Blackwell y su compañero, el pianista Leroy Carr, fueron el dúo de blues mas popular en América. Su primer hit, “How Long, How Long Blues,” fue el blues mas importante de 1928. De hecho, se imprimieron tantas copias, que el master original se destruyó! Vocalion Records llamó a Carr y Blackwell nuevamente al estudio para grabar “How Long, How Long Blues No. 2” y “How Long, How Long Blues No. 3!”. Y esta vez no sucedió lo que suele suceder en otras trágicas historias de bluesmen: Vocalion le pagó al dúo en forma justa, cada uno se llevó un neto de 4 mil dólares, lo que se podría traducir en unos $55,000 hoy día. Y siguieron cobrando cheques por regalías cada seis meses. Por los siguientes años Carr y Blackwell continuaron su seguidilla de hits, incluyendo “Kokomo Blues,” “Blues Before Sunrise” y “Mean Mistreater Mama.” Pero llegarían los problemas cuando el nombre de Blackwell fuera omitido por el sello y algunos singles publicaron únicamente el nombre de Leroy Carr como intérprete. 

Scrapper entró al estudio en algunas ocasiones entre 1931 y 1932 para grabar algunos discos solistas increíbles bajo su propio nombre  A veces cantaba sobre hacer y beber su propio whisky artesanal, como en “Down in Black Bottom.” Se puede escuchar su fluida técnica de púa, grabada cuatro años antes de que Robert Johnson grabara algo de su material. Blackwell y Carr volvieron a grabar juntos y siguieron hasta 1935, finalizando su sociedad con una amarga sesión en febrero de ese año. Ambos dejaron el estudio en malos términos, en medio de una discusión por dinero. Dos meses después, Carr moría por una nefritis causada por su alcoholismo. Blackwell grabó un tributo a su socio ("My Old Pal Blues") y luego abandonó su carrera musical, para trabajar en una fábrica de asfalto.


Blackwell fue redescubierto a finales de los 50, en la pobreza y viviendo en casa de un primo. Ni siquiera tenía una guitarra. Cuando le dieron una, fue como si el tiempo no hubiera pasado ni hubiera perdido un solo yeite. Era el boom de la música folk, y Blackwell era el héroe que la escena de entonces estaba necesitando. Lo llevaron de vuelta al estudio para grabar 3 discos e incluso planeando apariciones en diversos festivales. Todos los planes se cancelaron el 7 de octubre de 1962 cuando a Scrapper le dispararon en la puerta de su casa en un aparente asalto, crimen que nunca se resolvió. 

Blackwell dejó gran cantidad de grabaciones y su sonido influyó a generaciones de músicos (ya sea que lo conozcan o no). Bob Dylan dijo, "Hay una fuerte línea en toda mi música que puede ser encontrada directamente en Scrapper Blackwell. Fue un verdadero grande quien merece mucho mas de lo que le dieron."


Escuchar a Scrapper >

* Shane Speal es un gran exponente de la "Cigar Box Guitar" y es el creador del movimiento de la cigar box guitar moderna.

Fuentes:
ShaneSpeal.com
www.guitarworld.com