miércoles, 20 de enero de 2021

In The Pines

Conozcan la historia de ‘In The Pines’, una de las canciones más misteriosas y estremecedoras de la música folk y el blues norteamericano.

Muchos de nosotros conocemos ‘In The Pines’ gracias a ese lamento que cierra el ‘MTV Unplugged’ de Nirvana de 1993Pero se trata de una canción que viene viajando por 150 años y que se sigue reinventando. La versión de Nirvana toma como fuente principal la de Leadbelly de 1944. De hecho Cobain cuando la anuncia dice “esta fue escrita por mi intérprete favorito” (las palabras exactas que usa son “my favourite performer”).

Muchas de las canciones más tradicionales y antiguas del folk y del blues llegaron a nosotros en primer lugar gracias a la oralidad, luego alguien las escribió y las publicó y más adelante alguien las grabó. Los orígenes y la autoría de ‘In The Pines’ se perdieron en algún lugar de ese viaje. Originada en la época de la Guerra de Secesión allá por los 1870s se habla de tres lugares donde la canción puede tener sus raíces: Appalachia, Virginia; Tennessee y Kentucky. La estructura tal como hoy la conocemos fue mutando mientras varias tonadas se fueron fusionando: The Longest Train I Ever Saw; Where Did You Stay Last Night; Look Up, Look Down That Lonesome Road; Don’t Tell Me No Lie;Black Girl.

‘In The Pines’ es una “murder ballad”, una balada que trata sobre un asesinato. Las “murder ballads” se remontan a la época de William Shakespeare y a la tradición europea de los juglares que anunciaban las noticias en las calles de las aldeas. Estas historias llegaron a América y se convirtieron en lo que leemos al lado de muchas canciones tradicionales en las contratapas de algunos discos: ‘trad. Arr’. Esto encaja perfectamente para ‘In The Pines’, que llegó al Nuevo Mundo a través de un cruce de leyendas de inmigrantes ingleses, escoceses e irlandeses y en algún momento, chocó con la cultura de los esclavos.

Su letra ha sido reimaginada muchas veces a través de los años. “Esta canción es única, es como un cofre del tesoro pero sin fondo” escribió James Leisy en su libro de 1966 "El Abecedario de la Canción Folk". "Cuanto más hondo cavas, más elementos encontrás."

La primera versión impresa de la canción fue la que compiló Cecil Sharp en 1917, y se limitaba a cuatro líneas y una melodía. La primera grabación conocida es la del banjista de Carolina del Norte, Dock Walsh (The Carolina Tar Heels) y fue lanzada comercialmente en 1926. En abril de 1930 los Clayton McMitchen’s Georgia Wildcats graban una versión titulada ‘In the pines’, pero fue gracias a la grabación de 1941 del pionero del bluegrass Bill Monroe en que nuestra canción gana notoriedad nacional en los EE.UU.

El guitarrista y cantante de Blues, Huddie William Ledbetter, Leadbelly, es quien definitivamente ayudó a popularizar la canción. Leadbelly graba varias versiones entre 1944 y 1948, frecuentemente bajo el título "Black Girl" (o "Black Gal"). De acuerdo al musicólogo Alan Lomax, Leadbelly aprendió la canción gracias a la versión impresa en 1917 y de la grabación de 1926.

LeadBelly (nacido en 1888) había estado en prisión en 1917 por el asesinato de un hombre en Texas. Parecía ser el personaje ideal para esta canción. Leadbelly “encontró” la canción, la reinterpretó y la hizo suya. Y claro, le imprimió ese sentimiento blusero para siempre. Sus versiones son oscuras y tienen un aire aún más estremecedor, no solo en cuanto a la lírica, sino también musicalmente. El acompañamiento de su guitarra le otorga un sentimiento de soledad desgarrador.

En los sesentas aparecen más versiones. Pero hay una de 1965 a cargo del grupo del saxofonista Clifford Jordan, con la voz de Sandra Douglass para el sello Atlantic, que es destacable. La letra ha sido modificada, un hombre ha muerto bajo el tren y su esposa queda con la única chance de prostituirse para sobrevivir.

Con casi 200 interpretaciones conocidas del tema, otros artistas influyentes de la corriente conocida como ‘Americana’ también se acercaron a ella. The Louvin Brothers, Bob Dylan, The Four Pennies, Dolly Parton, Loretta Lynn, Screaming Trees, Mark Lanegan, y Fantastic Negrito, entre otros. Este último, artista de Oakland, California, cambió parte de la letra y le agregó un puente, para incluir la temática de las mujeres que debieron enterrar a sus hijos a merced al gatillo fácil de la policía. De hecho Negrito perdió un hermano de 14 años por esa razón.

La versión del grupo chileno Los Tres (2010), renombrada como ‘Diabla’, contiene modificaciones en la letra, armonía y melodía, pero mantiene la esencia de la tradicional y es la primera versión de la canción grabada en español.

Lo que sentí al hacer esta entrada del blog, investigando en mucho sitios, leyendo y escuchando tantas versiones, es que ‘In the pines’ es una canción que tiene vida propia, se retroalimenta y seguirá sorprendiéndonos y estremeciéndonos por siempre.

Fuentes: 

https://blackdeerfestival.com/pick/story-of-the-song-1-in-the-pines/#:~:text='In%20The%20Pines'%2C%20in,the%20form%20of%20sheet%20music.

https://slate.com/culture/2019/04/in-the-pines-song-kurt-cobain.html

https://nativeground.com/pines-history-lyrics-tips-playing/

https://www.nytimes.com/1994/11/13/arts/pop-music-a-simple-song-that-lives-beyond-time.html

 

 

domingo, 3 de enero de 2021

Cuatro titanes del Bebop y la foto más importante en la historia del Jazz

1953. Un amigo le dijo al fotógrafo Bob Parent que vaya al club "Open Door" en West 3rd Street de New York el domingo 13 de septiembre por la noche. Parent no necesitó mas información que esa. A sus 30 años de edad, ya ganaba algo de dinero tomando fotos para revistas como Downbeat y Life y algunos sellos discográficos a veces compraban sus fotos para las portadas de algunos discos. Llegó al club temprano esa noche. El show estaba anunciado como "Thelonious Monk Trio" pero ningún cartel indicaba que ese día se iba a escribir un capítulo importante en la historia del jazz.

Monk tenía 35 años y si bien ya era un compositor prolífico e innovador del piano, faltaban todavía algunos años para que su brillo fuera aún más apreciado. El trío se completaba con Charles Mingus en contrabajo y Roy Haynes en batería. Monk, Mingus y Haynes… suficiente razón para salir con su cámara esa noche de domingo. Pero había un detalle mas. Esa tarde la calle comentaba que había grandes posibilidades que Charlie Parker se sumara. Y Bob Parent lo sabia.

La protagonista de la historia es la foto de Parent de esa noche que se convirtió en un ícono del jazz. Se ve a Parker al frente, con un traje claro, tocando el que parece ser su famoso saxo King. A su izquierda esta Monk tocando un piano vertical, micrófono delante, dos vasos y un plato sobre el piano. A la derecha de Monk, esta Mingus, recostado sobre su contrabajo. Y en el fondo de la imagen, Haynes, mirando al frente y con una sirena pintada en la pared del fondo. Esta imagen es conocida como “the greatest photo in jazz”. 

Una foto menos conocida de esa noche muestra a Monk y a Parker sobre la izquierda del cuadro y el (escaso) público sobre la parte derecha de la imagen. Se especula que sentado en una de esas mesas con camisa negra y cigarrillo en la mano estaba Jack Kerouac, el escritor pionero de la generación Beat. Tiene sentido ya que Kerouac tenía devoción por Charlie Parker.

El lugar no estaba lleno. No hay grabación ni filmación de ese día. Ni siquiera un set list. Incluso el Open Door Club hoy es un recuerdo. Pero gracias a esa foto podemos recordar a estos cuatro gigantes del Bebop, y ‘the Greatest Photo in Jazz’.

Bob Parent

Fuente:
https://www.nytimes.com/2019/03/08/nyregion/thelonius-monk-charlier-parker.html#click=https://t.co/eXuSPHTLJJ