martes, 2 de agosto de 2022

Renegadxs del Funk: Historias de la Cultura Hip Hop / "Dj Kool Herc: El Padre de la criatura" por Bar MamÄfriK

Este texto fue escrito por Bar MamÄfriK y publicado en la primera edición de la revista Pagina Negra. Muchas gracias Bar por compartirlo! 

En la cultura africana el griot es el encargado de mantener la tradición y la historia de la tribu a través de la palabra y  la música. En la década del 70, a muchos kilómetros de la tierra madre, los descendientes de la diáspora  en Estados Unidos, tal vez sin saberlo (o quizás con toda la conciencia de ello) tomaron esta tradición milenaria y se volcaron a las calles de Nueva York a llevar su palabra y su ritmo hasta crear una cultura que aún continúa expandiéndose a todos los barrios del mundo. Uno de esos griots usó las tornamesas (o tocadiscos) para comunicar a los integrantes de su tribu, su nombre es Dj Kool Herc.

Nacido como Clive Campbell en Kingston Jamaica, traía con él la tradición del sound system de la isla y una melomanía heredada de su padre, que había aumentado exponencialmente una vez que su familia se asentó en Nueva York. En agosto de 1973 Herc pasó a la historia por realizar una fiesta en un salón del West Bronx a la que concurrieron gran parte de los pibes que andaban pululando por los suburbios  en busca de aires nuevos… y vaya que los encontraron!

 Casi 50 años después, esa noche, esa fiesta, ese barrio y ese dj pasaron a convertirse en parte de un mito fundacional del que todavía hablamos como si se tratara de una leyenda urbana y que conmemoramos todos los años como el día que nació el Hip Hop.

Por esa época Kool Herc ya venía haciéndose un nombre como dj de “house parties” (fiestas generalmente organizadas para cubrir los gastos del hogar o ganar unos billetes extras en una época de crisis profunda en los guetos neoyorkinos) y tenía dos puntos fuertes: los temas que pinchaba no se escuchaban en ningún otro lado y su equipo de sonido era el más potente de la zona. Pero eso no lo era lo más destacable de su performance,  en el punto álgido de la noche acostumbraba agarrar el micrófono y arengaba a la gente hasta llevarlos al éxtasis. En cada fiesta que se presentaba fluía una nueva energía, era como si a través del baile se estaban desprendiendo del peso de la historia. Se podía percibir que algo especial se estaba gestando, pero ni Clive, ni su familia, ni sus amigos, ni sus vecinos; ni cada uno de los jóvenes que se iban acercando a los eventos que él convocaba, ninguno se imaginaba la magnitud de lo que estaba por venir.

De a poco los chicos y chicas comenzaron a reinventarse. Primero adoptaban un apodo que les parecía cool y después se encargaban de que todo el mundo lo conociera estampándolo en cada superficie limpia de la ciudad. Preferían dejar sus tags (firmas) o tirar unos cartones en el piso para practicar sus nuevos pasos o pensar rimas ingeniosas en lugar de estar rivalizando con otros chicos por el territorio. De a poco la generación de las pandillas iba quedando atrás para darle lugar a nuevas formas de expresión a través del baile, la pintura, el fraseo y la música. Sin saberlo estaban creándose una nueva identidad, una nueva cultura.

Por su parte el joven Clive hacía tiempo que se había distanciado de las pandillas, según sus propias palabras: “estaba más interesado en proyectar mi personalidad de forma exuberante que en la violencia física grupal”. También se había despojado casi por completo de su acento jamaiquino,  aunque siempre estuvo orgulloso de su origen y su primer influencia estaba en los ritmos de Jamaica, sabía que para adaptarse debía embeberse de la cultura afroamericana así que de a poco empezó a cultivarse con el rhythm and blues, el soul, el funk y el disco y se fanatizó con los disc jockeys de soul y rock a quienes seguía de forma casi religiosa.  Paralelo a su afición por la música y los selectores comenzó a juntarse con los Ex Vandal, una conocida crew de graffiteros, de donde surgió su firma CLYDE ASS KOOL, una deformación de su nombre (que nadie sabía pronunciar) y el KOOL por una publicidad de cigarrillos que le pareció que tenía onda, aunque con el tiempo terminaría adoptando el HERC, un diminutivo de Hércules, como se lo conocía en el ambiente deportivo de su escuela donde destacaba por su facilidad tanto para el atletismo, como las pesas o el básquet. Finalmente había encontrado la identidad que lo llevaría a la fama.

Luego del éxito de la primer fiesta, Campbell y su familia comenzaron a armar eventos en el mismo salón casi todos los meses, principalmente apuntaban a los estudiantes de las secundarias cercanas, para evitar la presencia de las pandillas y la violencia que estas acarreaban. Fue así que la reputación de Herc creció entre el público ATP del Bronx siendo el principal animador de los bailes escolares de la zona, por lo que empezó a cosechar un grupo de fieles seguidores. Entonces decidió organizar su primer “Block Party” (llamadas así porque se hacían justamente en medio de la calle alrededor de los “bloques” o edificios). Era tal el respeto que infundía este dj que a pesar de ser una fiesta al aire libre y estar expuesta a que ocurriese cualquier percance, no hubo ningún tipo de desmán desde el comienzo hasta la madrugada, cuando se dio por finalizada la velada.

Kool Herc por Dan Lish
A medida que su popularidad crecía se iba sumando gente a su entorno, como su amigo y compatriota Coke La Rock con quien armó un dúo en el que rememoraban al toasting jamaiquino logrando diferenciarse de los típicos djs de música disco que sólo tiraban palabras sueltas u onomatopeyas para agitar a la masa. Por el contrario, tal como venía haciendo su compañero, La Rock respondía a los ritmos que le disparaba Herc con frases elaboradas y rimas divertidas en las que a veces también se sumaba el público.

Otra de las características que hicieron grande a Kool Herc fue su visión y el estudio minucioso de la pista de baile. Al observar atentamente lo que sucedía cuando sonaba una canción se dio cuenta que el entusiasmo de la gente crecía cuando quedaba sonando nada más que la sección rítmica.  Es por eso que decidió concentrarse solamente en el break instrumental y empezó a seleccionar basándose únicamente en esa parte de los discos con canciones de soul negro y rock blanco con un beat rápido y a menudo afro latino. Para esto utilizaba una técnica que denominó “The Merry Go Round” (la calesita) en la que ponía dos discos con la misma canción y de ese modo alargaba la parte instrumental todo el tiempo que fuera necesario y creaba su propia versión extendida. Esta utilización del loop  quedaría en el imaginario como marca registrada de Herc y era festejada por los b-boys (o “break boys”) que justamente adquirieron este nombre por su amor a los breaks que pinchaba el Dj.

A medida que fue pasando el tiempo y su público fue creciendo tuvo que trasladar su equipamiento a Cedar Park, un lugar con mucha más capacidad y donde se podía explotar más la potencia del sonido. Este sitio terminó convirtiéndose en un semillero de nuevos dj’s, mc´s, b-boys y graffiteros que seguían a esta especie de superhéroe negro de las bandejas e  inspirados por él siguieron sus pasos dentro de la cultura e inclusive llegó a armar junto a algunos de ellos su propia crew llamada “Herculords”. La mecánica había cambiado, ahora las bandas eran de deejays, de raperos, de escritores o de breakers. Fue en estas reuniones donde se empezaron a realizar los cyphers (competencias en donde cada uno mostraba sus habilidades o “skills”). Se había dejado de lado el baile grupal al estilo “Soul Train”, ahora cada uno ponía a prueba su valía dentro del círculo de gente que se formada, mientras Kool Herc tiraba los breaks desde el podio y los animaba desde el micrófono.  La competencia siempre existió en el Hip Hop pero en la génesis estaba claro que más allá de un tema de egos el asunto estaba en mirar las capacidades del otro pero, para enfocarse más en las propias. Competir con uno mismo fue el lema desde el principio.

Con el paso del tiempo las block parties se trasladaron a los clubes y Herc pasó a ser el artista más multitudinario de su barrio. Un hijo del Bronx estaba llegando lejos y aún faltaba mucho camino por recorrer. A fines de los 70’s se había trazado un nuevo mapa territorial de Nueva York donde las crews iban creciendo cada vez más y salían a la luz nuevas estrellas del gueto como GrandMaster Flash, la Zulu Nation con Afrika Bambaataa al frente y la Rock Steady Crew, entre otros. Ya entrados los 80’s la época de esplendor de Herc había pasado y el Hip Hop ya se estaba esparciendo a todas las ciudades de Estados Unidos y el mundo. Como saben, el resto de la historia se sigue escribiendo aún hoy y entendemos que el correr de los años, los distintos enfoques y estilos, la tecnología, el mainstream, MTV, Youtube, Red Bull y la cantidad infinita de artistas de la cultura Hip Hop han sacado del foco de atención a Kool Herc, o no tanto… Ha pasado mucha agua bajo el puente pero aún así todos sabemos quién fue el propulsor del barco

Un amigo me contó que cuando fue a Nueva York hace un par de años tuvo el honor de conocer a Kool Herc, quien en la actualidad reparte su tiempo entre conferencias  y “presencias” donde se sienta a hablar con cultores de distintas partes del mundo sobre la historia y la actualidad de nuestra comunidad. Su palabra es escuchada con devoción y respeto como a un viejo maestro trasmitiendo secretos de sus hazañas, como se escucha atentamente a un griot contando historias para que no caigan en el olvido.  

Autora: 
Bar MamÄfriK 
Publicado originalmente en el #1 de la revista 
Pagina Negra


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