Su sonido era como una locomotora, una especie de salvajismo contenido cuyo comentario social lo hacía importante y conmovedor, con un contexto espiritual. Sly mezclaba géneros y sonidos de la forma en que ahora utilizamos el sampleo, solo que el lo hacía con una banda en vivo. En 1971, la situación era muy mala, pero él dominaba la oscuridad con una alegría inquebrantable. Un genio a la altura de Bach o de Ellington.
Booker
T. Jones
Cuando sus pares describen el impacto que Sly Stewart tuvo en la música popular, casi nunca exageran. En una carrera compuesta por seis álbumes editados entre 1968 y 1974, su banda, Sly and The Family Stone, anticipó prácticamente todas las tendencias de la música para las décadas subsiguientes.
Sylvester
Stewart y su familia habían formado parte de la migración posterior a la
Segunda Guerra Mundial que llevó a masas de población afroamericana desde Texas
y Luisiana hacia el Oeste, a California. Su vida musical había comenzado en la
iglesia y más tarde se consolidó como DJ en la radio KSOL y produciendo
canciones para otros grupos de la Bay Area de San Francisco dentro del sello Autumn
Records.
Por
consejo de uno de sus profesores, en 1966 dejó de estudiar música en la universidad
y se propuso formar una banda con los mejores músicos disponibles, sin importar
nada más. Así formó un grupo con su hermana Rose en teclados y su hermano Freddie
en guitarra, junto a Cynthia Robinson en trompeta, Jerry Martini en saxo, Greg
Errico en batería y Larry Graham en bajo. En el medio de esa tormenta que era
el Movimiento por los Derechos Civiles, este septeto fue una unión que
anunciaba las posibilidades de la integración. Probablemente una de las claves
para lograr ese sonido único haya sido aquello que se evidencia apenas se posa
la mirada sobre la banda: el grupo estaba compuesto por personas blancas y personas
negras, mujeres y varones. Una grupo único, optimista, explosivo, rockero,
funky, psicodélico y virtuoso, todo al mismo tiempo, y liderado por un
auténtico genio musical. Nunca alcanzan los adjetivos. Simplemente ninguna
banda había sonado así antes. Casi de inmediato firmaron con Epic Records.
Como
banda en gira, se habían enfrentado al racismo en muchos de los lugares donde
actuaron y eso lo explicaban en “Underdog” (1967), una de sus primeras
canciones importantes. Desde su perspectiva como afroamericano, Sly explicaba
las dificultades de tener que esperar un trato justo y expresaba en su letra
que no te dejan olvidar que eres el
desvalido y tienes que ser el doble de bueno.
Luego
del tremendo éxito que representó “Dance to the Music” gracias al cual las
luces del mainstream se posaban sobre
ellos, en 1969 editaron “Stand!”. Además de la que ponía título al álbum, la
banda salía con su canción más explícitamente política: “Don't Call Me Nigger,
Whitey” no me llames negro, blanquito,
que expone su posición ante el tema del racismo, el maltratar al otro por su
color de piel no resuelve nada.
Don't
call me nigger, whitey
Don't
call me whitey, nigger
Well,
I went down across the country
And
I heard two voices ring
They
were talkin' funky to each other
And
neither other could change a thing
No me llames negro, blanquito, no me
llames blanquito, negro. Crucé el país y oí dos voces resonar, se hablaban con
tono sucio y ninguno de los dos podía cambiar nada. “Don't Call Me Nigger, Whitey” por Sly and The Family
Stone
“Stand!”
es un álbum político, pero también positivo e innovador y “I Want to Take You
Higher” tal vez sea el mejor ejemplo de ello, una experiencia sonora completamente
nueva y estimulante. Esta forma de entender la música había sido alimentada por
el pasado de Sly como DJ y productor. Motown, Aretha, The Staples Singers, Bob
Dylan, James Brown, Ray Charles, todo eso integraba su paleta sonora, por lo
tanto, difícilmente una canción como “Everyday People” podría haber sido
grabada por otro músico. Tenemos que
vivir juntos pide y resume su Misión como músico y letrista. No teme entrar
en detalle acerca de la realidad del racismo, pero es optimista: You can make it if you try, puedes
conseguirlo si lo intentas.
Aunque la música hablaba de optimismo,
animaba a la justicia y a la positividad, por dentro Sly se estaba desmoronando.
Hay una presión -o una carga- que por eso la llamamos “la carga del genio negro”[1],
una carga cuando uno se pone en esa posición en la que a menudo tiene que dar
las soluciones o las respuestas a por qué la sociedad es como es. Lo que acaba
ocurriendo es que cada vez que se presiona a Sly para que demuestre su
negritud, cuanto más éxito obtiene, su única respuesta es crear música más
negra. El pináculo de ello será “There's a Riot Goin' On”, probablemente su más
doloroso trabajo como creador.
Questlove
En el festival de Woodstock, Sly and The Family Stone parecían ser la banda más grande del planeta y en los años que siguieron a la caída de los ideales del flower power, llegaría el álbum “There's a Riot Goin'On” (1971), un gran éxito con letras muy personales. En el contexto político de la Guerra de Vietnam, la comunidad afroamericana había obtenido el derecho al voto pero la legislación política seguía reflejando el racismo sistémico en muchos aspectos. “Family Affair” es la pieza central de “Riot…” y es el polo opuesto de sus éxitos anteriores. Sly se convertía en el pionero del hágalo todo usted mismo tocando el bajo, los sintetizadores, la batería, el teclado y la guitarra, además de ocuparse de la producción de todo el disco. En particular, la caja de ritmos Maestro Rhythm King MRK-2 aportaba un sonido funk fuerte y directo, combinada con el bajo tanto de Stone como de Larry Graham. El álbum cerraba con “Thank You¨(For Talking to Me Africa)”. El sonido del disco escuchado hoy, puede sonar lo-fi en algunos tramos, pero su enfoque inspiraría las innovaciones futuras de gente como Stevie Wonder, Parliament/Funkadelic, Prince o Lenny Kravitz.
La portada del disco está protagonizada por una bandera estadounidense rediseñada que representa la paz, la unidad, y a la gente de todos los colores. El plan original era incluir una bandera estadounidense roja, blanca y negra en la portada, pero con soles en lugar de estrellas sin nada más que identificara el nombre de la banda o el título del disco. Sin embargo, la discográfica decidió añadir un sticker que anunciaba “Incluye el éxito Hit ‘Family Affair’”[2]. “Riot…”, además de representar una declaración de positividad para la joven América negra, fue revolucionario y liberador para muchos jóvenes. Como dijo Nile Rodgers, ese disco me dio la posibilidad de soñar.
Sly
and The Family Stone había creado una visión alegre de la unión, la igualdad y
la injusticia, al mismo tiempo que había innovado desde el sonido. Larry Graham
había inventado el slap, las frases de viento de la banda eran demoledoras, sus
armonías vocales eran únicas, el pulso de Greg Erricofue mil veces imitado y Sly
era el Hendrix del funk llevando una bandera multirracial y multigenero. Aun
desde una perspectiva opuesta, sus dos álbumes principales, “Stand!” y “There's
a Riot Goin' On”, ofrecían visiones válidas del racismo y la existencia
cotidiana en los Estados Unidos que quedarán como obras de arte imperecederas y
documentos sociales de una época. Cuando la música suena tan fresca después de tantos
años, significa que es de verdad.
Fuentes:
https://www.theguardian.com/film/2025/feb/13/black-genius-documentary
https://samuelburleigh.medium.com/sly-the-family-stone-from-exuberant-optimism-to-harsh-reality-a-tale-of-two-albums-ab747631b9da
https://www.normanrecords.com/records/190204-sly-the-family-stone-theres-a-riot-goin-on/reviews
https://thepigeonpress.org/reaction-sly-and-the-family-stone-theres-a-riot-goin-on/
https://www.nytimes.com/2025/02/13/movies/sly-lives-aka-the-burden-of-black-genius-review.html
https://www.theguardian.com/music/2021/dec/02/a-nations-abric-unravelling-stars-on-sly-stones-theres-a-riot-goin-on-at-50
https://whyy.org/articles/questlove-sly-stone-documentary/
[1]
“Sly
Lives! - The Burden of Black Genius” (2025), es documental de director Ahmir
Questlove Thompson que además de contar la vida y obra de Sly y su banda, tiene
como premisa entender cuál es la carga sobre los artistas negros.
[2]
Una reedición del álbum años más tarde
presentaba una portada bastante convencional con una foto de concierto de Sly y
la banda más títulos y texto.